jueves, 18 de abril de 2013

Osán Cross Mountain.


Bajo la cascada

  El pasado Domingo unas 400 personas tomamos la salida en la VI edición de la Osán Cross Mountain desde el pequeño pueblo del Serrablo llamado Osán, muy cerca de Sabiñanigo, en la provincia de Huesca con una distancia de 17 kilómetros y 1000 metros de desnivel acumulado positivo.
Desde el principio todo fue perfecto, tuvimos un día soleado y estupendo, la organización genial, desde la llegada al aparcamiento hasta marcharnos del pueblo. Esta no es una carrera especialmente dura ni por el desnivel ni por la distancia, lo cual la hace muy atractiva para todo tipo de personas, a lo que también hay que sumar la belleza del camino.
Del recorrido ya conocía la primera parte, la llamada ruta de las ermitas, una bonita senda que en continua y dura subida llega hasta la Ermita de Santa Orosia a los pies del monte Oturia, pasando por varias ermitas incrustadas en la roca y bajo la "famosa" cascada. Desde la salida hasta el comienzo de dicha senda nos pusimos en una larga fila, ya que solo había sitio para ir practicamente de uno en uno, lo que provoco varios parones. La subida la realice bien, corriendo en todos los tramos posibles y andando deprisa en aquellos tramos donde el desnivel era considerable. Y así, hasta llegar al falso llano de campas tachonado de neveros donde se encuentra la Ermita de Santa Orosia. Hasta aquí me encontraba estupendamente, las subidas me gustan, cuanto mas largas y con mas desnivel mejor, soy capaz de subir a buen ritmo sin llevar el corazón en la boca. Reseñar el gran ambientazo que había bajo la cascada, con un buen grupo de personas haciendo fotos, animando y haciendo sonar el cencerro a todo trapo. Pero he aquí que tras pasar el falso llano, con el Pirineo precioso e imponente frente a nosotros, empezó la bajada...... Solo puedo decir que hay tramos de la bajada que los hice mas lentos que la subida... Una senda de cantos rodados y de fuerte pendiente me demostró lo que ya sabia, las bajadas no son mi fuerte.


Los 3 kilómetros de bajada se me hicieron eternos. En las carreras no busco batir ningún record, ni llegar en buenas posiciones, eso me hace correr siempre de manera conservadora, guardando fuerzas para llegar a la meta entero. Menos mal que tengo esa forma de hacer, porque durante la

bajada me empezaron a fallar las piernas, me empezó a fallar la mente y me entro "miedo" a pisar mal y fastidiarme un tobillo, me pasaba de "frenada" en todas las curvas.... Menos mal, que fue una bajada corta y tenia la reserva de fuerzas cargada. Una vez en el llano dos kilómetros tranquilos y meta. Después del esfuerzo migas con chorizo y huevo, unas birras y buena compañía y conversación en un restaurante de cinco estrellas, un prado verde con los Pirineos inmensos frente a nosotros. Al final, la naturaleza pone a cada uno en su sitio y si hay algo que me gusta de correr por la montaña es que no compito con nadie, compito conmigo mismo y eso me ayuda a conocerme mejor. Mi primera vez en esta carrera que tiene una organización 10 y un ambiente espectacular.